Ir al contenido
  • Inicio
  • Parroquia
    • Historia
    • Historia gráfica
    • Equipo Parroquial
    • Fotos
  • Actividades
    • Actividades
    • Horarios
    • Catequesis
    • Matrimonio
    • Novedades
    • Noticias
  • Meditación
    • Imagen del día
    • Evangelio del día
    • Santoral
    • 3 minutos con Dios
    • Homilías
    • Taller de oración
  • Enlaces
  • Contacto
  • Inicio
  • Parroquia
    • Historia
    • Historia gráfica
    • Equipo Parroquial
    • Fotos
  • Actividades
    • Actividades
    • Horarios
    • Catequesis
    • Matrimonio
    • Novedades
    • Noticias
  • Meditación
    • Imagen del día
    • Evangelio del día
    • Santoral
    • 3 minutos con Dios
    • Homilías
    • Taller de oración
  • Enlaces
  • Contacto

Homilías

UNA DECLARACIÓN DE AMOR

UNA DECLARACIÓN DE AMOR

DOMINGO III DE PASCUA

Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero. Con esta tercera afirmación de amor por parte de Pedro a la triple pregunta del Maestro, Simón, hijo de Juan, ¿me amas? concluye una de las escenas más emblemáticas del Evangelio de Juan.

El Maestro y Señor se aparece otra vez a sus discípulos, junto al lago de las confidencias.  Ellos vienen de una pesca inútil: han pasado la noche bregando y no han cogido nada. Y ahora, al llegar a la orilla, se encuentran a Jesús, que les pregunta, con tono confidencial: Muchachos, ¿tenéis pescado? Ellos contarían la pesca frustrada: toda la noche bregando y no han cogido nada. Y el Maestro recoge su tristeza y les indica: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. El Maestro queda en tierra, ellos obedecieron y tras unas horas de faena casi no pueden sacar las redes por la carga. Es el milagro que Jesús hace ante ellos, para mostrarle su poder, para hacerse presente como el Señor Resucitado. El discípulo amado, dice a Pedro: ¡Es el Señor!

Cuando llegan a tierra, ya el Maestro había encendido unas brasas e invita: Vamos a almorzad. Y comparten comida y conversación. Dice el evangelio que era la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos después de resucitar.

En este escenario del lago de Tiberiades, que evoca la vocación de estos rudos pescadores a «ser pescadores de hombres», Jesús hace «un aparte» con Pedro. El Maestro pregunta al discípulo, de forma directa, sin tapujos, de amigo a amigo, de confidente a confidente: Simón, hijo de Juan, ¿me amas, más que estos? Contestó sorprendido el discípulo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Y Jesús le da una encomienda: Apacienta mi rebaño.

Pero el Maestro insiste en una segunda demanda de amor y en su encomienda de pastoreo. Y aún una tercera vez. Y entonces, entristecido, derrotado de amor, el rudo Pedro afirma su amor, como queriendo borrar con su triple confesión de amor las tres negaciones de la Pasión. Pero en esta tercera confesión de amor, introduce una variante; pone toda su vida ante el Maestro, sus traiciones y sus vacilaciones y confiesa con humildad: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Y el Maestro, habiendo examinado al discípulo más escogido, sobresaliente en amor, le encomienda: Apacienta mis ovejas.

Para tal encomienda, no hizo Jesús a Pero un examen de conocimientos, un test sobre las lecciones aprendidas a lo largo de aquella escuela itinerante que fue «seguir al Maestro». Fue un examen sobre la fortaleza de su fe en él, sobre la seguridad de su esperanza en la implantación del Reino, sobre la constancia de su amor como experiencia del perdón y la misericordia. Y Pedro, aprueba. El Maestro y Señor confía a Pedro la mayor encomienda que ha recibido un ser humano: apacentar el rebaño de la Iglesia naciente. Encargo que continúan los sucesores de Pedro, apacentando la Iglesia de todos los tiempos.

En cuestiones de fe, la pregunta definitiva es siempre sobre el amor: ¿Me amas? Y la respuesta verdadera es humilde, como la de Pedro: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. 

Tuit de la semana: La fe supone la capacidad de soportar mis dudas. ¿Mi fe es humilde y, como Pedro, confieso: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero?

Alfonso Crespo Hidalgo

Te puede interesar...
LA META ES LA ESPERANZA
LA META ES LA ESPERANZA
sábado 15 noviembre, 2025

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario No sabemos ni el día ni la hora. Ha quedado como una sentencia que nos habla del final de los tiempo. La Iglesia no puede dar noticias minuciosas ni respuestas concisas acerca del cuándo y del cómo serán los acontecimientos finales de la historia. La Iglesia

Leer más »
ES CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE
ES CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE
sábado 8 noviembre, 2025

XXXII Domingo del Tiempo Ordinario El cristianismo es un mensaje de vida. El Año litúrgico va llegando a su fin. Llega al compás del año natural con este otoño que evoca el final del ciclo anual. La celebración de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, ha dirigido nuestra mirada

Leer más »
El Papa León pide rezar por los que tienen pensamientos suicidas
El Papa León pide rezar por los que tienen pensamientos suicidas
miércoles 5 noviembre, 2025

  El Papa León XIV, en el video con la intención de oración para el presente mes de noviembre, invita a rezar para que quienes “viven en la oscuridad y la desesperanza” encuentren siempre el apoyo de una comunidad que los ayude a “sanar heridas” y “abrir horizontes”. Para redescubrir

Leer más »

Parroquia Stella Maris (Málaga)

  • Alameda Principal, 29, 29001 Málaga
  • 952 21 86 90
  • 952 21 67 45
  • Contacto

Recibe gratis nuestro boletín mensual

Diseño: parroquiaweb.es