El papa Francisco ha instituido la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebrará el domingo 19 de noviembre. Con esta decisión pretende animar a los creyentes a que amemos a los pobres y a que nos hagamos pobres, en todo el sentido de la palabra.
“El amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer suyo su ejemplo; especialmente cuando se trata de amar a los pobres”, dice el papa. Y el ejemplo de Jesús es la entrega total, incluida la propia vida, por amor y sin pedir nada a cambio.
Para el papa Francisco, “La pobreza significa un corazón humilde que sabe aceptar la propia condición de criatura limitada y pecadora para superar la tentación de omnipotencia, que nos engaña haciendo que nos creamos inmortales. La pobreza es una actitud del corazón que nos impide considerar el dinero, la carrera, el lujo como objetivo de vida y condición para la felicidad. Es la pobreza, más bien, la que crea las condiciones para que nos hagamos cargo libremente de nuestras responsabilidades personales y sociales, a pesar de nuestras limitaciones, confiando en la cercanía de Dios y sostenidos por su gracia. La pobreza, así entendida, es la medida que permite valorar el uso adecuado de los bienes materiales, y también vivir los vínculos y los afectos de modo generoso y desprendido”.
El papa invita a las comunidades de creyentes a organizar actividades diversas con motivo de esta jornada y a que nos acerquemos a quienes viven en pobreza. “En ese domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos”.
El papa Francisco nos invita a amar a los pobres.