El sábado día 20 de octubre tuvo lugar, en la catedral de Málaga, la ceremonia de beatificación del sacerdote jesuita Tiburcio Arnaiz Muñoz (Valladolid, 1865-Málaga, 1926), fundador de las Misioneras Rurales.
El solemne acto religioso fue presidido por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Participaron en él una decena de cardenales y obispos y más de doscientos sacerdotes y asistieron cerca de diez mil personas, que abarrotaron la seo malacitana y sus alrededores.
El cardenal Becciu dedicó su homilía a reconocer que el amor es el motor que debe mover a los cristianos. Todas las acciones planteadas a los fieles sirven como reflejo de Cristo siempre que se hagan por amor, como hiciese el actual beato: «presentar a Tiburcio Arnaiz Muñoz, hoy, a la Iglesia, significa reafirmar la santidad sacerdotal, pero sobre todo supone dar a conocer a un ministro de Dios que hizo de su existencia un camino constante, luminoso y heroico de total entrega a Dios y a los hermanos, especialmente los más débiles. Él se sentía corresponsable de los males espirituales y morales, así como de las heridas sociales de su tiempo y era consciente que no podía salvarse sin salvar a los otros».
Ver documental sobre el nuevo beato: