San José Moscati nació en 1880. Era hijo de un juez y una aristócrata y fue el séptimo de nueve hermanos. Médico, investigador científico y profesor universitario, fue reconocido por su trabajo pionero en la bioquímica fisiológica y por su piedad. Hombre de profunda fe que anteponía a Dios y a los necesitados a las glorias humanas. Cuidaba de los enfermos de forma gratuita y ayudaba económicamente a los que carecían de recursos. Procuraba sanar no solamente sus cuerpos sino también sus almas. Veía en la Eucaristía el centro de su vida y profesaba una gran devoción a la Virgen, cuyas fiestas las vivía con una gran piedad. La bondad con todos era su arma. Murió en Nápoles en 1927, a los 45 años de edad, cuando esperaba a los enfermos que atendía en su consulta privada. En 1975, el beato Pablo VI lo proclamó beato y en 1987 fue canonizado por san Juan Pablo II.
Otros santos del día:
• En Fermo, del Piceno, hoy en Las Marcas, en Italia, santas Visia y Sofía, vírgenes y mártires.
• En Roma, en el cementerio de Calepodio, en el tercer miliario de la vía Aurelia, sepultura del papa san Julio I, quien, frente a los ataques de los arrianos, custodió valientemente la fe del Concilio de Nicea, defendió a san Atanasio, perseguido y exiliado, y reunió el Concilio de Sardica († 352).
• En Verona, en territorio de Venecia, región de Italia, san Zenón, obispo, que con su trabajo y predicación llevó a la ciudad hasta el bautismo de Cristo († hacia el año 372).
• En Capadocia, en la actual Turquía, san Sabas Godo, mártir, que durante la persecución contra los cristianos bajo Atanarico, rey de los godos, por haber rechazado tres días después de la celebración de la Pascua los alimentos inmolados a los ídolos, tras crueles tormentos fue arrojado a un río († 372).
• Cerca de Gap, en la Provenza, en la actual Francia, san Constantino, obispo († después del año 517).
• En Pavía, en Lombardía, región de Italia, san Damián, obispo, cuya carta sobre la recta fe, referente a la voluntad y al obrar de Cristo, fue leída en el Tercer Concilio de Constantinopla († 697).
• En Pario, del Helesponto, hoy en Turquía, san Basilio, obispo, que, por defender el culto de las sagradas imágenes, padeció azotes, cadenas y exilio († 735).
• En Ponthieu, región de Calais, en la Galia, hoy en Francia, san Erkembodone, abad de Sithiu y, a la vez, obispo de Thérouanne († 742).
• En el monasterio de Cava, en la Campania, región de Italia, san Alferio, fundador y primer abad, quien, después de ser consejero de Guaimario, duque de Salerno, se hizo discípulo de san Odilón en Cluny y se distinguió en la observancia de la vida monástica († 1050).
• En el monasterio de Belem, cerca de Lisboa, en Portugal, beato Lorenzo, presbítero de la Orden de San Jerónimo, cenobio al que acudían muchísimos penitentes, atraídos por su eximia piedad († s. XIV).
• En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de las Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad († 1920).
• En la aldea de San José, en el territorio de Chilpancingo, en México, san David Uribe, presbítero y mártir, que, en tiempo de persecución contra la Iglesia, por Cristo Rey padeció el martirio († 1927).
(Del Martirologio Romano)