
Entregarnos del todo. Sin reservarnos nada para nosotros mismos. Entregarnos por completo a Dios y a los hermanos. Esto es lo que se nos pide para ser cristianos comprometidos. Cuanto más cerca estamos de cumplirlo, más alegres nos sentimos. Porque de esta manera es como glorificamos a nuestro Señor. Las otras alegrías, las mundanas, son efímeras, se van de la misma forma que llegan y no dejan más que sinsabores. En cambio, la alegría del buen cristiano no se marcha nunca, sino que se queda y va aumentando en cada obra nueva que emprende para cumplir el mandato de Jesús.





![Estad en vela para estar preparados (Adviento I) [Rezando al caer de la tarde] Estad en vela para estar preparados (Adviento I) [Rezando al caer de la tarde]](https://live.staticflickr.com/65535/54953921643_c518658778_h.jpg)