A veces confundimos el amor con otras muchas cosas que los hombres hemos inventado para justificar nuestros egoísmos personales. Quien ama de verdad tiene que estar dispuesto al sufrimiento, incluso a la entrega de sí mismo, y esto siempre es doloroso. Pero, al mismo tiempo, llena de gozo pues el amor total es la antesala de la gloria que nos espera.

Resulta fácil dormirse cuando tenemos ante nosotros tareas de ayuda a los hermanos o de mejora de nuestro vivir como creyentes. Somos muy dados a