Quien ama de verdad siempre da el primer paso. No se queda a la espera de que sea el otro quien lo haga. Dar el primer paso significa ser el primero en servir y el último en recibir. Dar el primer paso es ser el primero en pedir perdón y el primero en echar una mano cuando es necesario. Dar el primer paso supone no tener nunca en cuenta las ofensas del otro, ni desconfiar de los demás. Dar el primer paso es ponerse en camino para construir un mundo mejor.
Dicen que existen tantas verdades como personas hay. En esta sociedad donde el relativismo y el egoísmo parecen dominarlo todo, son necesarios creyentes dispuestos a