La costumbre de dejar pasar las pequeñas imperfecciones, las cosas que, aparentemente no tienen importancia, nos lleva, sin que nos demos cuenta, a ver como pequeño el gran defecto y asumirlo como algo normal. Solamente si nos esforzamos en eliminar las faltas pequeñas estaremos poniendo barreras a las grandes.

Los santos, siguiendo el ejemplo de Jesús, nos enseñan con sus hechos que la mejor manera de acercar a la gente a Dios es amando