La costumbre de dejar pasar las pequeñas imperfecciones, las cosas que, aparentemente no tienen importancia, nos lleva, sin que nos demos cuenta, a ver como pequeño el gran defecto y asumirlo como algo normal. Solamente si nos esforzamos en eliminar las faltas pequeñas estaremos poniendo barreras a las grandes.

Nunca deberíamos cansarnos de intentar acercarnos más a Dios a través del amor a nuestros hermanos. Porque un cristiano que lo es de verdad, no