En una sociedad en la que abundan el engaño, la mentira, las medias verdades y la oscuridad, hay que tener confianza en que la luz de la auténtica Verdad, que es Dios, terminará por imponerse y se hará la luz. Los creyentes no estamos llamados a desentendernos de los problemas de este mundo, sino que hemos de contribuir a que se solucionen aportando la luz de la fe y la generosidad de nuestro trabajo.

Señor, gracias por tu muerte y resurrección. Gracias porque has cargado con nuestras debilidades, liberándonos de ellas. Gracias por tu misericordia, que permanentemente perdona nuestras