No está reñidos el trabajo con las prácticas piadosas. Ambos se complementan. Un cristiano que reza no huye de sus obligaciones para con los demás. Al contrario, la plegaria le ayuda a ser mejor ciudadano, a cumplir correctamente en su trabajo y en sus relaciones con los demás. Una persona fervorosa, pendiente de agradar a Dios en todo, no deja de atender a un necesitado para ir a rezar a una iglesia. Devoción y trabajo tienen que ir cosidos por el amor al Señor.
¡Qué fácil resultar creer cuando se ha visto! No seamos incrédulos, como lo fue el apóstol Tomás hasta que vio con sus propios ojos las