Las cosas que debemos hacer cada día, la rutina incluso de cada instante de nuestra vida, son el camino por el que podemos llegar a ser mejores personas No pretendamos hacer algo maravilloso, no. Lo que tengamos que hacer, hagámoslo bien. Como si estuviéramos realizando una obra de arte o la mayor heroicidad.
Vivimos en una sociedad agitada por los ruidos externos a la persona, las envidias, cuando no el odio, de unos hacia otros, el materialismo destructor