
En los malos momentos de nuestras vidas, cuando estemos en peligro, o nos encontremos desanimados para seguir luchando por ser mejores, acudamos a María. Con plena confianza. Como hijos suyos que somos. Una madre nunca abandona a sus hijos. María nunca nos apartará de su lado. Ni cerrará sus oídos a nuestras peticiones. Al contrario, nos acogerá siempre. Nos oirá, aunque la aburramos con nuestras repeticiones. Nos devolverá la alegría cuando estemos triste. Nos animará a seguir caminando. Nos iluminará en este camino por el que vamos andando hacia la meta. Es nuestra madre y protectora.





![Estad en vela para estar preparados (Adviento I) [Rezando al caer de la tarde] Estad en vela para estar preparados (Adviento I) [Rezando al caer de la tarde]](https://live.staticflickr.com/65535/54953921643_c518658778_h.jpg)