Puede que a veces nos sintamos cansados de repetir las oraciones del rosario o que nos parezca su rezo algo monótono y aburrido. Al igual que no nos aburrimos de decir bellas palabras a quien amamos o de contemplar la belleza de las personas y de todo lo que nos rodea, así deberíamos mostrarnos ante nuestra Madre María, que nos escucha y está dispuesta a ayudarnos siempre. Ella no se aburre escuchándonos. No nos cansemos de rezarla porque siempre nos escucha.
Nos cuesta comprender que lo que tenemos son dones, muchos o pocos, que Dios ha puesto en nuestras manos para que los administremos correctamente. No