Santa Juana de Valois fue hija del rey Luis XI de Francia. Nació en 1584. Tuvo una infancia en la que le faltó el cariño de sus padres. No era agraciada físicamente y tenía la cadera deformada. Cuando cumplió 5 años fue enviada a un castillo y nunca más volvió a ver a su madre, Clotilde de Saboya. Su padre, por motivos políticos, la casó con su pariente el duque de Orleans, que la despreció y nunca la quiso. Cuando (a causa de la ley Sálica) éste subió al trono con el nombre de Luis XII, por estar casado con ella, la repudió y consiguió que su matrimonio fuera declarado nulo. Juana fue enviada a un convento, en Bourges, en el centro de Francia, y allí se dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz. Nunca se quejó ni de los desprecios recibidos ni de su minusvalía. Llevó una vida de gran espiritualidad y fundó la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María. Murió en 1505, al año de haber hecho los votos como monja. Pío XII la canonizó en 1950.
Otros santos del día:
• En Roma, en las catacumbas de la vía Apia, san Eutiquio, mártir, que durante mucho tiempo fue castigado con insomnio y hambre y, finalmente, arrojado a una profunda cavidad. Con su fe en Cristo venció la crueldad del tirano.
• En Perge, de Pamfilia, actualmente en Turquía, santos Papías, Diodoro y Claudiano, mártires († s. III).
• En Alejandría, en Egipto, pasión de los santos mártires Fileas, obispo de Thmuis, y Filoromo, tribuno militar, que durante la persecución bajo el emperador Diocleciano, no pudiendo ser persuadidos por deudos y amigos a pensar en sí mismos, obtuvieron del Señor la palma del martirio al ser degollados († s. IV).
• En Pelusio, también en Egipto, san Isidoro, presbítero, hombre de profunda doctrina, que, despreciando el mundo y las riquezas, trató de imitar la vida de san Juan Bautista en el desierto, vistiendo el hábito monástico († hacia el año 449).
• En Châteaudun, cerca de Chartres, en la Galia, hoy en Francia, tránsito de san Aventino, obispo, que había ocupado la sede de Chartres († hacia el año 511).
• En Troyes, en la Galia Lugdunense, hoy en Francia, san Aventino, que es venerado como auxiliar de san Lupo, obispo († hacia el año 537).
• En Maguncia, de la Franconia, en Alemania, san Rabano, apellidado “Mauro”, obispo, que, siendo monje de Fulda, fue elevado a la sede de Maguncia, y hombre docto en ciencia y elocuente en el hablar, nunca dejó de llevar a cabo todo lo que pudiese redundar a mayor gloria de Dios († 856).
• En Constantinopla, hoy Estambul, en Turquía, san Nicolás Estudita, monje, que fue exiliado repetidas veces por defender el culto de las santas imágenes y terminó sus días como hegúmeno del monasterio de Estudion († 868).
• En Sempringham, en Inglaterra, san Gilberto, presbítero, que fundó, con la aprobación del papa Eugenio III, una Orden monástica, en la que impuso una doble disciplina, la Regla de san Benito para las monjas y la de san Agustín para los clérigos († 1189).
• En Durham, en Inglaterra, beato Juan Speed, mártir, que, durante el reinado de Isabel I, por haber auxiliado a unos sacerdotes alcanzó la palma del martirio al ser degollado († 1594).
• En Amatrice, lugar del Abruzo, san José de Leonessa, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que en Constantinopla sostuvo en su fe a los cristianos cautivos y, habiendo sufrido grandes tribulaciones por haber predicado el Evangelio incluso en el palacio del Sultán, regresó a su patria y se distinguió por atender a los pobres († 1612).
• En el lugar de Oriur, en el reino de Maravá, en la India, san Juan de Brito, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que después de convertir a muchos a la fe por el hecho de haber abrazado la vida y las costumbres de los ascetas de aquellas regiones, terminó su vida con un glorioso martirio († 1693).
(Del Martirologio Romano)