Somos muy dados a ver la paja en el ojo de los demás, mientras que nos cuesta distinguir que en los nuestros hay una viga que desenfoca la realidad. ¡Cuánto mejor nos iría si no empleáramos tiempo alguno en criticar lo que hacen o dejan de hacer los otros.
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que hoy está físicamente