Normal es que, en ocasiones, nos sintamos desanimados para seguir bregando en la tarea diaria de ser mejores servidores de Dios y de los hermanos; mas no podemos perder nunca la esperanza en que, con la ayuda de quien todo lo puede, conseguiremos sortear esos baches para continuar por el camino correcto y llegar a la meta soñada.

No es cristiano negar nuestra ayuda a quienes la necesitan. Tú nos enseñas, Señor, que debemos amarnos los unos a los otros. Y nos das