Cuanto más nos desprendemos de las cosas que nos atan, mayor es nuestra cercanía a Cristo y mayor se hace nuestra dicha. Lo experimentaron los que fueron fieles al Señor y nos lo recuerdan permanentemente con sus ejemplos de vida. Ellos nos animan a ser valientes para despojarnos de tanto ropaje superfluo que nos impide caminar por el camino del Evangelio, que no es otro que el de servir a Dios y a los hermanos. Si tuviéramos la valentía de dejarlo todo por Jesús, nuestra alegría sería inmensa

Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que hoy está físicamente