La fe nos trae seguridad. Porque a través de ella comprendemos cuanto sucede en nuestras vidas y en las de los que nos rodean. Podemos entender mejor cuanto pasa en el mundo, tanto lo bueno como lo malo. Sin fe, todo nos puede parecer sin sentido. Incluso el ser humano, que fue creado a imagen de Dios y salvado por Él, pierde su valor transcendental.
Resulta muy fácil escabullirse entre las mentiras, las medias verdades y los silencios cómplices. Porque, a menudo por no decir siempre, decir la verdad conlleva