Señor, aunque nos parezcan muchos y grandes los dolores internos y externos que tenemos que soportar a diario, sabemos que, si realmente te amamos como es nuestra obligación, podremos resistir mucho más y más dolorosos. Porque sufrir por ti, cuando de verdad lo hacemos por amor, no tiene límites que no puedan ser soportados. Tú eres la fuerza que nos sostiene siempre y en todo momento. No nos dejes solos en los momentos en los que nos sentimos más vulnerables al sufrimiento.

Los santos, siguiendo el ejemplo de Jesús, nos enseñan con sus hechos que la mejor manera de acercar a la gente a Dios es amando